Cementerio Sad Hill, historia del cine
Hubo un tiempo en el que el
género del spaghetti western dominaba
la industria del cine. Uno de sus máximos exponentes fue Sergio Leone y la cara
visible de todo aquello fue el legendario Clint Eastwood. Ambos cineastas nos
dejaron grandes joyas cinematográficas. De gran importancia fue trilogía del
dólar, formada por los títulos Por un
puñado de dólares (1964), La muerte
tenía un precio (1965) y El bueno, el
feo y el malo (1966). Magníficas historias del género con actuaciones
sublimes, escenas inolvidables y una atmósfera brillante, todo esto aderezado
con la música de Ennio Morricone, uno de los grandes compositores de todos los
tiempos.
España se convirtió en el fetiche
de los directores de aquella época, por sus parajes naturales, idóneos para
rodar escenas a caballo, tiroteos y persecuciones. Pero hay una escena en
concreto, de la película El bueno, el feo
y el malo (1966), exactamente la escena final, que la recordamos más por su
escenario que por la acción que se desarrolla en él. Estamos hablando del
Cementerio Sad Hill, el cual hoy en día todavía existe.
¿Dónde se ubica? Está construido
dentro del término municipal de Santo Domingo de Silos (Burgos), en el Valle de
Mirandilla, un lugar muy bello y solitario, rodeado de naturaleza. Se encuentra
entre las localidades de Santo Domingo de Silos y Contreras. Hay que
puntualizar una cosa importante, y es que no hay nadie enterrado allí. Se trata
de una obra escenográfica construida desde cero para rodar la mítica escena del
tiroteo entre Clint Eastwood (El bueno), Eli Wallach (El feo) y Lee Van Cleef
(El malo). Su diseñador fue Carlo Simi y en su construcción se usaron 250
soldados del ejército español, tardando 3 días en completar el trabajo. El
resultado fue increíble, un grandioso cementerio circular, destinado a las
bajas de la guerra civil norteamericana. Unas 5.000 tumbas dispuestas en círculos
concéntricos que envuelven una pequeña plazoleta de piedras, donde se libra el
duelo por los 200.000 dólares enterrados en la tumba sin nombre.
Actualmente está bastante
cambiado, pero la suerte es que en el año 2015 el set fue recuperado y
reconstruido gracias a la Asociación Cultural Sad Hill. A parte de las tumbas,
la plazoleta y el árbol donde Tuco es casi ahorcado, una silueta de Clint
Eastwood y un pequeño cartel te dan la bienvenida. Podemos ver también una
escultura de Sergio Leone y otro cartel explicando qué es lo que vas a visitar.
Resultan interesantes las explicaciones del cementerio, las encontramos en dos
puntos de información, uno a pie del cementerio y otro subiendo una colina
desde donde presenciar en las alturas esta obra cinematográfica. El lugar está
abierto a todo el mundo los 365 días del año.
Oportunidad de oro para sentirte
parte de la historia del cine. Revive los pasos que dio el mítico Clint
Eastwood en una de las grandes películas de este arte. Las sensaciones allí son
maravillosas.
Comentarios
Publicar un comentario