Los malos hacen más ruido
Hoy toca comentar una película y esta vez es muy especial.
Hablaré nada más y nada menos que de la última ganadora del Óscar a mejor
película, hablaré de “Green Book”. Este año estaba muy descolgado de los
premios Óscar y no pude ver a tiempo películas como “Roma”, “La favorita”, “Ha
nacido una estrella” o la de hoy, “Green Book”. Tampoco suelo hacer mucho caso
de las recomendaciones, pero esta vez, viniendo de quien venía esa
recomendación, no lo dudé ni un instante, fui corriendo al cine para ver esta
tremenda obra de arte, inspiradora, educativa y emocionante.
El afamado y virtuoso pianista negro Don Shirley (Mahershala
Ali) necesita un chófer que le acompañe en su próxima gira. Con empeño y una
suculenta oferta acaba contratando a Tony Lip (Viggo Mortensen), un tipo duro
de Bronx. Esta extraña pareja se embarca en un viaje mucho más importante del
que ellos creen. Lip aprenderá de Shirley, sus modales, su educación, su forma
de hacer las cosas, su lucha constante por sus objetivos y lo difícil que era
vivir en los años 60 siendo negro. Por su parte, Shirley aprenderá de Lip. Aprenderá
a relajarse, a disfrutar de las pequeñas cosas, a ser uno mismo, a descubrir el
cariño humano y a confiar en la esencia de lo que eres. Dos polos opuestos, que
se compenetran en la medida de lo posible, pelearán por encontrar su sitio en
el mundo, por ganarse la amistad el uno del otro y por descubrir quien son en
realidad. Queda descubrir si lo lograrán.
La historia de esta película se basa en la relación de
amistad que se va forjando entre ambos protagonistas. Funciona muy bien juntar
a dos personas opuestas y descubrir qué sucede entre ellas. Lo normal es que
vayan descubriéndose y vayan aprendiendo el uno del otro. Me encanta tanto la
personalidad de Lip como la de Shirley. Lip es un tipo rudo, falto de modales y
un poco inculto. Pero a la vez en sincero, muy auténtico y en el fondo es
sensible y buena persona. Usa su coraza de tipo duro para ser respetado. Por su
parte, Shirley es un señor elegante, fino, educado y culto. Pero en el fondo es
inseguro, infeliz y tiene muchas carencias y preocupaciones. Usa su virtuosismo
con el piano para intentar encajar en el mundo. Según avanza la película vemos
que aprenden el uno del otro, descubren quien son en realidad. Quiero destacar
un momento importante de la película, el momento en el que Lip descubre quien
es en realidad el tipo que toca con majestuosidad el piano. Quizá debería decir
que descubre quien NO es en realidad. No es demasiado blanco, por tocar el
piano, para ser aceptado en el mundo de los blancos. Pero tampoco es lo
suficientemente negro, por sus modales y estilo de vida, para ser aceptado por
la comunidad negra. Es entonces cuando Lip descubre el sufrimiento racial que
tiene que pasar la gente de color y es entonces cuando empieza a menguar su
postura de discriminación latente desde las primeras escenas de la película.
Lo que me gusta de una película es que tenga un mensaje, que
trate de transmitir una idea o unos valores necesarios hoy en día. Aunque la
ambientación sea de los años 60 da igual, se trata de un problema que hoy en
día sigue sucediéndose. La discriminación racial es un hecho y en “Green Book”
hay ciertos elementos y ciertas escenas que representan a la perfección cómo se
violaban los derechos de las personas solo por no tener el mismo color de piel.
Viendo la película sufría verdadera impotencia al ver cómo le aplaudían en el
escenario y le sumergían en un mar de piropos por su virtuosismo, pero no le
dejan usar sus baños o comer en sus restaurantes. Se puede cambiar la
mentalidad de la gente, enseñar que todos somos iguales y respetar al que
tienes al lado porque todos somos personas. “Green Book” lo consigue.
Creo que Mahershala Ali se merece una mención aparte. ¿De
dónde ha salido este actor? De lo mejorcito que hay ahora mismo en esta
industria. Ya en “Moonlight” dio pistas de hasta dónde podían llegar sus
registros actorales, conquistando el Óscar a mejor actor de reparto. Pero es
que en esta nueva película se supera, volviendo a conquistar el Óscar en la
misma categoría. Creo que su papel es impresionante. Pasa por muchos momentos y
estados de ánimo diferentes. Logra emocionarnos cuando se derrumba y se ve
superado. Nos encoje el corazón con la entereza que demuestra al soportar los
abusos raciales. Nos inspira para seguir luchando y se convierte en ejemplo a
seguir por no renunciar a su personalidad y por aprender de forma sincera a
cómo ser mejor persona. En definitiva, aparte de merecidísimo premio,
Mahershala Ali hace un papel impresionante, de esos que dejan huella.
Cuando uno ve una película de este estilo lo normal es que
piense en ella, saque conclusiones y reflexione. Yo me quedo con la reflexión a
la que llegó mi compañera de cine de aquel día. “Los malos hacen más ruido”.
Creo que existe el racismo porque existen las malas personas. Creo que en
general todo lo malo que ocurre es porque existen malas personas. Pero de
alguna manera es bueno que los malos hagan más ruido, así se pueden tomar, poco
a poco, las medias necesarias para tratar de solucionar esas cosas malas. Lo
importante es darse cuenta de ellas y aportar tu granito de arena. En este caso
es el racismo, pero problemas como la discriminación sexual, la violencia de
género o los conflictos políticos siguen siendo importantes y peligrosos. Cada
uno puede aportar algo para mejorar y crear un mundo en el que todos nos
respetemos.
Película que no puedes perderte por nada del mundo. Por su
mensaje, por sus personajes, por su historia y en general por lo bonita que es.
Mucha emoción y satisfacción al acabar de verla. Mucho que reflexionar y mucho
que aprender también. Pero eso es lo importante del cine, que enseñe y eduque.
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