Otro payaso que da mal rollo…

Lo desconocido, lo extraño, lo raro y, en general, el miedo son cosas que necesitamos aunque no nos demos cuenta. Y para eso está el terror. Bonito género que cuesta acostumbrarse a él. Sinceramente creo que son películas bastante complicadas de hacer, aunque no lo parezca. Son muchas las emociones que tienes que transmitir y, además, conseguir causar alguna reacción en el espectador es una tarea difícil. Creo que una película que lo consigue es la de “Clown (El payaso del mal)”. Una historia de payasos, pero algo diferente a las demás. Una trama irreal, pero muy interesante por su originalidad y su extraña explicación. No es para tirar cohetes pero tampoco está mal.

Kent McCoy (Andy Powers) es un entrañable padre de familia que para el cumpleaños de su hijo decide vestirse de payaso y animar la fiesta. Sin embargo, al día siguiente, cuando intenta quitarse el disfraz de payaso se da cuenta de que no puede. Ni los zapatos, ni el traje, ni la peluca, ni la nariz. Es imposible deshacerse del dichoso disfraz. A su vez, la personalidad de Kent se vuelve inquietante. Se comporta como un perturbado y poco a poco empezará a cometer atrocidades propias de un homicida. Su mujer, Meg McCoy (Laura Allen), trata de ayudarle, pero resulta en vano. La única manera de acabar con esta maldición es matar al payaso y deshacerse del traje. *(Este resumen es muy escueto, la película esconde muchos más secretos y extrañas prácticas y explicaciones)*

Si por algo se caracterizan las películas de terror es por tener escenas violentas, impactantes y aterradoras. Esta peli no es menos. Si te atreves a verla te quedarás boquiabierto viendo alguna escena que supera lo inaudito. Atrocidades que escapan de lo humano hacen que te preguntes hasta donde alcanzan los límites del hombre. Siempre habría que verse en dicha situación, pero menos mal que solo es una película y lo que vemos jamás sucederá. Sin ninguna duda, esta es una película no apta para todas las edades y no apta para gente sensible. Ojos como platos al ver las barbaridades de otro payaso que da mal rollo…

No es una película que tuvo mucho éxito, no vendió todo lo que se esperaba y no la criticaron con especial cariño. Sin embargo, no entiendo cómo pasó tan desapercibida, porque ya digo que no está tan mal. Peores producciones se han visto en este género. Quizá su distribución o quizá su publicidad, no sé, pero en mi opinión se merecía más. Su trama es bastante buena, la idea también, está bien filmada, sus efectos son buenos y su montaje también. Para contar con un presupuesto relativamente bajo obtuvo muchas cosas positivas que pasaron muy desapercibidas en el mercado.

Creo que es interesante hablar un poco del género de terror. Estaréis de acuerdo en que el género está un poco oxidado. Últimamente siempre vemos lo mismo en la pantalla, espíritus y más espíritus. Y aunque en esta película se trate el tema de forma un poco más original (el demonio escondido en un traje de payaso) sigue siendo más de lo mismo. Poco a poco se está viendo una pequeña evolución, pero creo que todavía falta camino por recorrer para que veamos un terror más fresco y original. Eso es trabajo de guionistas y directores, confiemos en James Wan, ese sí que sabe.

Y no hay mucho más que decir, solo que deis una oportunidad a esta humilde película que pasó muy desapercibida en el mercado. Una historia interesante, atractiva por sus escenas atroces y por la curiosidad de su final. Sin un gran trasfondo y sin ningún valor aparente, simplemente es una película para echar la tarde.




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