Ahogado en chocolate

Hoy hablamos de una historia muy dulce, hablamos de una de las grandes interpretaciones de Johnny Deep en uno de sus papeles más carismáticos. Con permiso de la película de 1971, “Charlie y la fábrica de chocolate” es el perfecto remake que la gente de nuestro tiempo necesitaba. Con un elenco actoral muy singular esta película te dejará huella gracias al trasfondo de la historia. Dirigida por Tim Burton, uno de los más característicos directores de las últimas décadas, te sumergirás en un mundo de cuento del que no querrás salir jamás.

La historia comienza cuando Charlie Bucket (Freddie Highmore), un niño de origen muy humilde, encuentra uno de los cinco billetes dorados que hay repartidos por todo el mundo. Gracias a ese billete podrá descubrir, junto a otros cuatro niños, los secretos de la fábrica de chocolate de Willy Wonka (Johnny Deep). Cuando se adentran en la fábrica se dan cuenta de que una extraña magia envuelve aquel lugar. Vivirán incontables aventuras, guiados por el estrafalario Willy Wonka.

Es interesante analizar las personalidades de los niños que consiguen el billete dorado para visitar la fábrica. Todos menos uno, Charlie Bucket, tienen algo en común, en su forma de ser. La poca humildad y la soberbia que desprenden los pequeños protagonistas son un claro ejemplo de la sociedad. Aunque en el cine se cuenten historias oníricas y de ficción, siempre hay algo de realidad. Mal comportamiento, gula, prepotencia, exigencia, orgullo, aires de superioridad, todos estos adjetivos y valores rigen la existencia de estos niños. Sin embargo Charlie Bucket, un niño de origen muy humilde, se conforma con lo que tiene y encuentra la felicidad en el calor de su familia. Estas características son las más apropiadas para el personaje principal, para que de alguna manera nos sirva de espejo en el que mirarnos.

Por primera vez en el blog hablamos de una película de Tim Burton. Para mí, hablar de este director es complicado porque no entiendo mucho su mundo cinematográfico. Me pasa lo mismo que me pasaba con Guillermo del Toro. Dos directores que tienen bastante en común. Su mundo imaginario lleno de personajes extraños y enigmáticos, rodeados de elementos fantásticos es algo complicado de entender. Con el tiempo uno aprende a admirar su cine, y es que Tim Burton posee en su filmografía algunas de las joyas del cine de los últimos tiempos. Perfectamente vemos el toque de Burton es esta película, sobre todo en los entresijos de la fábrica de chocolate y en los extraños seres que trabajan en ella. Impresionantes y mágicos escenarios dotan de singularidad, aún más si cabe, este filme que se ha convertido en una película de culto.

¿Cuál es el verdadero sentido de la película? A parte de las aventuras que se suceden en la fábrica, al final de la película se exponen una serie de ideas que tienen que ver con Willy Wonka, Charlie Bucket y su familia. Willy Wonka creció con las prohibiciones de su padre, dentista de profesión. El pequeño Willy, desfigurado por el rocambolesco aparato dental que le cubre la cabeza, sueña con experimentar nuevas sensaciones y descubrir el mundo que le rodea. Por eso huye de su padre y crea su imperio de chocolate. Lo que pasa es que Willy Wonka siente una tremenda carencia de cariño, en parte por culpa de su padre. Por otro lado, Charlie Bucket es todo lo contrario, será pobre, pero tiene una familia que se quieren entre ellos y eso es lo más valioso. Por ello, al final, ambos protagonistas salen ganado al compartir sus vidas. Wonka comparte un futuro esperanzador para toda la familia Bucket y a cambio ellos le brindan el cariño que tanto anhela.

Hay un recurso muy bien utilizado en la película. Se trata de las canciones que se van sucediendo conforme avanza la trama. Este es un elemento que consigue dotar de dinamismo a la película. Canciones alegres y un tanto extrañas que sirven para que el espectador se ría de lo absurdo que resulta todo. A mí, particularmente, es de las cosas que más me gustan de la peli, porque los Oompa-Loompas, que son los que interpretan las canciones, me hacen mucha gracia. Hay que felicitar a Deep Roy por su gran trabajo, es el encargado de dar vida a estos pequeños seres.

No hace falta que os recomiende esta película porque creo a día de hoy todo el mundo ha visto “Charlie y la fábrica de chocolate”. Solo por ver a Johnny Deep en otro de sus papeles míticos merece la pena. Te echarás unas risas con los bailes de los Oompa-Loompas, te lo aseguro. A parte, es una película perfecta para iniciarte en el universo de Tim Burton, pero ten cuidado con su cine, puede absorberte demasiado…



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