Sigue nadando!

Hacemos un viaje hacia la infancia reviviendo la película “Buscando a Nemo”. No me vais a negar que aunque es una película animada es un peliculón con un trasfondo muy grande. La historia de un padre removiendo medio mundo para encontrar a su hijo emociona cuando eres un niño y sobre todo cuando eres un adulto. Se de primera mano que esta película marcó la infancia de más de uno, toda una generación disfrutó con la búsqueda de Nemo. La obsesión de estos años en hacer remakes, secuelas, precuelas o spin-off, desde mi punto de vista fracasó al revivir el mundo de Nemo con la esperada secuela de “Buscando a Dory”. Creo seriamente que no estuvo a la altura del primer filme, quizá hable el niño que llevo dentro, pero no me gustó que comparasen una joya con su imitación.

Nemo es un pececillo con una aletita atrofiada que se muere por descubrir el mundo que le rodea. Su padre, Marlin, es todo lo contrario, inseguro, cauto y miedoso por un accidente que ya pertenece al pasado. Nemo está feliz porque es su primer día de escuela. Marlin acompaña a su hijo y al no estar seguro de lo que le pueda pasar a Nemo supervisa todo lo que hace. Nemo agobiado por su padre le desobedece alejándose a mar abierto. Al mismo tiempo, un buceador curioso captura al pequeño Nemo. Preso del pánico, Marlin nada desesperadamente tratando de alcanzar el bote que se lleva a su hijo. Por el camino se encuentra a Dory, un pez que sufre pérdidas de memoria a corto plazo. Ambos personajes emprenden la búsqueda de Nemo, quien se encuentra preso en la pecera de un dentista australiano. Tiburones, medusas y todo tipo de peligros tendrán que superar Marlin y Dory para llegar hasta Nemo. Falta saber si logran rescatarle.

Pixar parece ser experta en tocarnos la fibra sensible y parece que se está gustando. En este caso consigue emocionarnos con la relación padre e hijo entre Marlin y Nemo. Se nota que Nemo es lo único que le queda a Marlin en su vida y por nada del mundo está dispuesto a perderlo. La angustia de Marlin al ver a su hijo secuestrado es uno de los momentos fatídicos de toda la película. Un personaje miedoso y muy poco seguro de sí mismo es capaz de cruzar el océano con tan de salvar a su hijo, mucha gente se verá reflejado en el asustadizo pez payaso. Por otro lado, Nemo acaba dándose cuenta de que su padre es lo más importante que tiene y sabe que siempre estará protegido por la valentía de Marlin. Una relación paterno filial que emociona tanto a niños como a adultos. 

Es imposible no hablar de Dory. Un personaje que creo que ha cautivado a todo el público. Su sincera personalidad es la clave. No es el primer personaje, ni será el último, con estas características. Gracioso, tierno, amigable, sincero y con un gran corazón es un arquetipo de personaje al que ya estamos más que acostumbrados. Dory es el “sancho panza” de Marlin en su aventura submarina. Sus pérdidas de memoria a corto plazo sacan de quicio a Marlin, poniendo el toque cómico a la película. Siempre recordaremos lo primero que Dory consiguió recordar en mucho tiempo: P. Sherman, Calle Wallaby 42, Sydney.
Hay ciertos momentos que no me creo que la animación consiga llegar a emocionar tanto. Escenas como la inicial (no quiero revelar cuál es…), la reacción de Marlin a la supuesta muerte de Nemo, la despedida entre Marlin y Dory o cuando Nemo busca ayuda desesperada en su padre cuando los buceadores se le están llevando son escenas con las que simplemente empatizas con la película y no nos damos cuenta de lo difícil que es eso. Sin embargo, tengo una duda. Nigel, el pelícano abonado a las tertulias del dentista, creo que es el único que no sabe que la historia acaba bien. ¿Por qué? Jajajajaja

Si nos pusiésemos a bucear en el trasfondo de la historia encontraríamos muchos valores, moralejas e ideas que la película trata de transmitir. Hemos comentado alguno, pero a mi parecer lo más importante que podemos sacar en claro de “Buscando a Nemo” es que hay que luchar por superar nuestros miedos. Marlin supera su miedo a los peligros del océano porque tiene un objetivo, su hijo. Y Nemo igual, supera muchos miedos cuando se halla atrapado en esa pecera. Hay una escena que lo ejemplifica muy bien y que a priori parece no tener mucho sentido, pero si lo piensas bien tiene todo el sentido del mundo. La escena en la que Dory se queda atrapada en las redes de un barco pesquero es la excusa para que Marlin enseñe lo que ha aprendido. Al ver a Nemo otra vez en peligro esta vez no trata de ser sobreprotector, sino que confía en él y forjan una nueva relación.

Simplemente creo que esta peli es uno de los clasicazos de la animación moderna y que su secuela no estuvo a la altura. Os diría que la vieseis, pero me supongo que a estas alturas todo el mundo la ha visto, y si no es así… Fuera de este blog.



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