Un vecino muy especial
Por fin llega el momento hablar del Studio Ghibli, un
estudio de animación japonés cuyas obras son exquisitas y cuyo referente es el
gran Hayao Miyazaki. Hay estudios de animación muy importantes, como Disney o
Pixar, pero ninguno tan especial como este. Su calidad y sus profundas historias
hacen que sus películas sean distintas a las demás. En esta ocasión toca hablar
de la película que catapultó a este estudio, “Mi vecino Totoro”. Una película
fantástica que todo el mundo debería de ver, niños y mayores, ya que su ternura
hace que empieces a amar este cine, que se aleja un poco de las típicas
películas de princesas y aburridos estereotipos a los que ya estamos
acostumbrados. Cuando vi esta peli por primera vez no tenía uso de razón y
tengo que dar las gracias a mi madre ya que apostó por una película diferente
de las que nos venden compulsivamente y decidiera abrirme un mundo de nuevas y
diferentes posibilidades. Digo todo esto porque estoy enamorado de las
películas del Studio Ghibli y pienso que sobretodo los niños deberían conocer
todas las posibilidades que tienen, en este caso en el mundo del cine, ya sin
hablar de las numerosas y distintas moralejas que esconden estas películas.
Esta historia comienza cuando el profesor Tatsuo Kasukabe y
sus hijas, Satsuki y Mei, se mudan a una antigua casa situada cerca del
hospital donde su madre se recupera de una enfermedad. Ya en la casa, Mei y
Satsuki descubren que algo mágico rodea su hogar y el lugar en el que viven.
Mei, de manera fortuita, descubre unas extrañas pero entrañables criaturas,
similares a un conejo. Al seguirlas descubre a una criatura idéntica pero mucho
más grande a quien bautiza con el nombre de Totoro. Cuando le cuenta su
experiencia a su padre y a su hermana se ríen de ella, sin embargo su padre la
reconforta diciéndole que es una privilegiada ya que acaba de conocer “al espíritu
del bosque”. Tiempo después es Satsuki la que descubre a Totoro de manera
fortuita. Ambas hermanas están muy ilusionadas porque han tenido la suerte de
conocer a Totoro. Pero su alegría dura poco al saber que la salud de su madre
está empeorando. Mei decide ir sola al hospital para ver a su madre, pero por
el camino se pierde. Esto provoca que todo el pueblo se vuelque en su búsqueda.
Satsuki desesperada pide ayuda “al espíritu de bosque” quien logra encontrar,
con la ayuda del “Gatobús”, a una asustada Mei. Ambas acuden al hospital, junto
a Totoro, para descubrir que su madre poco a poco se recupera de su malestar.
Mei y Satsuki tienen por delante un millón de aventuras junto a sus nuevos
amigos.
Todos, y repito, todos los personajes de esta película transmiten
una ternura que hace que te emociones con cierta facilidad. Sin embargo, en
esta ocasión hablaremos de Mei y de Totoro. En Mei vemos a una niña, natural,
espontánea e inocente, llena de alegría y buena fe. Mei representa a ese niño
que todos llevamos dentro, que intenta descubrir el mundo que hay a su paso. Su
idilio con el esponjoso Totoro te llena de amor y alegría. Su aspecto
majestuoso a la par que entrañable nos transmite una imagen de un ser protector
y fiel, como si fuera algo que cuida de tu alma, como si dentro de cada uno de
nosotros existiese un Totoro que nos guía y nos protege, como ocurre con
nuestras dos protagonistas.
Yo veo en esta película un mundo fantástico maravilloso, una
magia constante rodea el mundo de Totoro. La fantasía de ese submundo liderado
por Totoro hace que experimentes las emociones que puede llegar a experimentar
un niño inocente que está descubriendo su mundo. Puede que uno de los objetivos
de la película sea ese, que a los adultos pueda transportarlos a su infancia y
que vuelvan a sentir el niño que hay dentro de ellos. Por lo menos una sonrisa
esta película te acabará sacando, de eso no hay duda.
Uno de los puntos fuertes de esta película y de todo el
estudio Ghibli es la técnica de animación. Todos tenemos en mente la animación
de Disney o Pixar, bueno pues este estudio prefiere continuar con una técnica
más tradicional. Los personajes, sus movimientos, sus rasgos faciales, el
diseño de extrañas y únicas criaturas y sobretodo los paisajes hacen que poco a
poco descubras el potencial de estas películas. Me quiero centrar en el diseño
de los paisajes porque en “Mi vecino Totoro” me sorprenden gratamente.
Consiguen representar con una increíble exactitud tanto la naturaleza que
invade el universo Totoro, como la vida rural que se desarrolla en él. Desde mi
punto de vista estos detalles en su diseño, que me imagino que costará un
trabajo titánico, son los que han llevado a este estudio a estar en lo más
alto, a parte de sus increíbles y fantásticas historias y sus extraños y
singulares personajes.
A parte de los personajes, los increíbles paisajes, la
calidad en la animación o la mágica historia, esta película tiene un trasfondo
importante en el que se dejan ver una serie de moralejas que nos recuerdan lo
que es el ser humano. Moralejas tales como las ventajas de la vida rural, la
importancia de la naturaleza y el medio ambiente, el recuerdo de la inocencia
de la infancia, el respeto por los ancianos o la importancia de la familia son
algunos de los valores más importantes de este filme. Por eso cuando vemos una
película no debemos quedarnos simplemente ahí, está bien que reflexionemos con
lo que acabamos de ver y pensemos en lo que se nos quiere transmitir. “Mi
vecino Totoro” es una película preciosa y además cargada de todos estos valores
que no está mal recordarlos y ponerlos en práctica.
En definitiva, que si no conocías antes el universo Ghibli,
esta película es la más adecuada para ir descubriendo poco a poco a Hayao
Miyazaki y sus fantásticas películas. Pasarás un rato muy agradable y te
enamoraras de este género sin ninguna duda.
Por favor, que la creatividad de Hayao Miyazaki nunca muera!!!
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