Condenado a ser zurdo

Me encantan las películas que están basadas en hechos reales. Saber que una historia ha ocurrido de verdad y haya sido trasladada a la gran pantalla es algo muy especial, ya que significa que en este mundo en el que vivimos también ocurren historias extraordinarias. Es el caso de la película “127 horas”, una dura historia de sufrimiento, resistencia y vencimiento de tus miedos que al estar basada en hechos reales potencia el sentimiento de motivación y superación. Además, tenemos a James Franco encarnando al protagonista, que tenía muchas ganas de hablar de una peli en la que Franco fuese importante, ya que es de mis actores favoritos.

La historia de Aron Ralston empieza una madrugada de un sábado de otro fin de semana cualquiera. Su objetivo es pasar un tranquilo y solitario fin de semana haciendo deporte. Aron madruga para ir a hacer barranquismo en el Parque nacional Tierra de cañones de Utah. Tras un largo viaje en coche hasta los inmensos cañones de Utah, Aron prosigue su camino primero en bici y luego a pie. Aron disfruta de su viaje hasta que tras una accidentada y tortuosa caída por un barranco descubre que su mano y parte del brazo derecho están encajadas entre una pesada roca y la pared de un barranco. Grita pidiendo auxilio, pero es imposible, no hay nadie en kilómetros a la redonda. Muy nervioso trata de escapar mediante la fuerza, pero por mucho que no intente es imposible, sin embargo, recapacita y empieza a pensar qué opciones tiene con sus escasas provisiones. Por sus propios medios consigue subsistir e intenta librarse de la trampa en la que ha caído. Falto de fuerzas y desesperado decide llevar a cabo la única solución posible si quiere salir vivo en su lucha contra la rígida roca que le hace prisionero. Finalmente Aron se libera de la única y terrible forma posible y es rescatado y llevado por fin de vuelto a casa.

Cuando Aron se queda atrapado en el cañón por culpa de la roca se le cae el mundo encima. Quedarse atrapado en un paraje natural como ese, sin recursos, sin nadie que pueda oírte o ayudarte en muchos kilómetros a la redonda debe ser de las peores torturas. Y digo torturas porque en una situación como la de nuestro protagonista te quedas desamparado y esperando a la muerte. No te quedas tu solo, sino que te acompaña tu mente, que en esta situación puede ser tu mejor aliada o tu peor enemiga. En una situación como esta se pone a prueba la resistencia mental que puedes llegar a tener. Tienes dos opciones, o tener la sangre fría que tiene nuestro protagonista en intentar liberarte o volverte loco, desistir y morir. A mí me gusta más la opción de intentar sobrevivir, pero la posibilidad de morir allí solo y muy lentamente quizá podría conmigo.

No voy a hablar directamente de la última decisión que toma Aron para salvar su vida, aunque es más que evidente, lo que sí quiero expresar es lo que a mí me transmite todo eso y lo que se le debe pasar por la cabeza a nuestro protagonista. Es una de las escenas más impactantes que he visto en el cine. Si la comparamos con otras escenas de películas gore o películas bélicas pues obviamente no es el mismo nivel de impacto, pero al ser este un hecho que ocurrió en realidad hace que te pongas en su lugar, se te pongan los pelos de punta y sientas el sufrimiento que Aron siente. Ojalá nunca me vea envuelto en una situación como esa, pero no quiero ni imaginar lo que le debería de pasar por ese momento a Aron por la cabeza. Pensar que quizá nunca vuelvas a ver a tu familia o a tus amigos es algo que acaba contigo y te destroza tanto que acabas tomando la única salida posible.

Una historia de superación siempre es agradable de ver reflejada en la gran pantalla. Historias como la de Aron ayudan a mucha gente en todo el mundo gracias a ese sentimiento de autosuperación. Cuando veo una historia como esta, tan dramática, con ese sentimiento de superación y motivación y además basada en un hecho real, me emociono mucho. Pienso en que si la gente es capaz de superar grandes adversidades y seguir para adelante, yo también puedo. Odio sonar a tópico, pero estas historias me dan fuerza para seguir luchando por lo que me gusta, para afrontar los problemas del día a día y para sobreponerme en los momentos más complicados. Topicazo, pero es así.

De esta película solo puedo decir cosas buenas y no solo las digo yo. Los expertos en cine nominaron hasta en 6 ocasiones esta película en los premios Oscar, incluyendo mejor película y mejor actor. (Como me gusta meter a los Oscar en todos los sitios). Me alegra que una película basada en hechos reales tenga tan buena aceptación, y me alegro sobre todo por Aron Ralston, el montañista que de verdad estuvo atrapado junto a esa roca, pienso que gracias a su historia sentirá que está ayudando a mucha gente en el mundo.



James Franco, acepta un papel serio en una película, último aviso.



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