Condenado a ser zurdo
Me encantan las películas que están basadas en hechos
reales. Saber que una historia ha ocurrido de verdad y haya sido trasladada a
la gran pantalla es algo muy especial, ya que significa que en este mundo en el
que vivimos también ocurren historias extraordinarias. Es el caso de la
película “127 horas”, una dura historia de sufrimiento, resistencia y
vencimiento de tus miedos que al estar basada en hechos reales potencia el
sentimiento de motivación y superación. Además, tenemos a James Franco
encarnando al protagonista, que tenía muchas ganas de hablar de una peli en la
que Franco fuese importante, ya que es de mis actores favoritos.
Una historia de superación siempre es agradable de ver reflejada
en la gran pantalla. Historias como la de Aron ayudan a mucha gente en todo el
mundo gracias a ese sentimiento de autosuperación. Cuando veo una historia como
esta, tan dramática, con ese sentimiento de superación y motivación y además
basada en un hecho real, me emociono mucho. Pienso en que si la gente es capaz
de superar grandes adversidades y seguir para adelante, yo también puedo. Odio
sonar a tópico, pero estas historias me dan fuerza para seguir luchando por lo
que me gusta, para afrontar los problemas del día a día y para sobreponerme en
los momentos más complicados. Topicazo, pero es así.
De esta película solo puedo decir cosas buenas y no solo las digo yo. Los expertos en cine nominaron hasta en 6 ocasiones esta película en los premios Oscar, incluyendo mejor película y mejor actor. (Como me gusta meter a los Oscar en todos los sitios). Me alegra que una película basada en hechos reales tenga tan buena aceptación, y me alegro sobre todo por Aron Ralston, el montañista que de verdad estuvo atrapado junto a esa roca, pienso que gracias a su historia sentirá que está ayudando a mucha gente en el mundo.
La historia de Aron Ralston empieza una madrugada de un sábado
de otro fin de semana cualquiera. Su objetivo es pasar un tranquilo y solitario
fin de semana haciendo deporte. Aron madruga para ir a hacer barranquismo en el
Parque nacional Tierra de cañones de Utah. Tras un largo viaje en coche hasta
los inmensos cañones de Utah, Aron prosigue su camino primero en bici y luego a
pie. Aron disfruta de su viaje hasta que tras una accidentada y tortuosa caída
por un barranco descubre que su mano y parte del brazo derecho están encajadas entre una pesada roca y la pared de
un barranco. Grita pidiendo auxilio, pero es imposible, no hay nadie en
kilómetros a la redonda. Muy nervioso trata de escapar mediante la fuerza, pero
por mucho que no intente es imposible, sin embargo, recapacita y empieza a
pensar qué opciones tiene con sus escasas provisiones. Por sus propios medios
consigue subsistir e intenta librarse de la trampa en la que ha caído. Falto de
fuerzas y desesperado decide llevar a cabo la única solución posible si quiere
salir vivo en su lucha contra la rígida roca que le hace prisionero. Finalmente
Aron se libera de la única y terrible forma posible y es rescatado y llevado
por fin de vuelto a casa.
Cuando Aron se queda atrapado en el cañón por culpa de la
roca se le cae el mundo encima. Quedarse atrapado en un paraje natural como
ese, sin recursos, sin nadie que pueda oírte o ayudarte en muchos kilómetros a
la redonda debe ser de las peores torturas. Y digo torturas porque en una
situación como la de nuestro protagonista te quedas desamparado y esperando a
la muerte. No te quedas tu solo, sino que te acompaña tu mente, que en esta
situación puede ser tu mejor aliada o tu peor enemiga. En una situación como
esta se pone a prueba la resistencia mental que puedes llegar a tener. Tienes
dos opciones, o tener la sangre fría que tiene nuestro protagonista en intentar
liberarte o volverte loco, desistir y morir. A mí me gusta más la opción de
intentar sobrevivir, pero la posibilidad de morir allí solo y muy lentamente
quizá podría conmigo.
No voy a hablar directamente de la última decisión que toma
Aron para salvar su vida, aunque es más que evidente, lo que sí quiero expresar
es lo que a mí me transmite todo eso y lo que se le debe pasar por la cabeza a
nuestro protagonista. Es una de las escenas más impactantes que he visto en el
cine. Si la comparamos con otras escenas de películas gore o películas bélicas
pues obviamente no es el mismo nivel de impacto, pero al ser este un hecho que
ocurrió en realidad hace que te pongas en su lugar, se te pongan los pelos de
punta y sientas el sufrimiento que Aron siente. Ojalá nunca me vea envuelto en
una situación como esa, pero no quiero ni imaginar lo que le debería de pasar
por ese momento a Aron por la cabeza. Pensar que quizá nunca vuelvas a ver a tu
familia o a tus amigos es algo que acaba contigo y te destroza tanto que acabas
tomando la única salida posible.
De esta película solo puedo decir cosas buenas y no solo las digo yo. Los expertos en cine nominaron hasta en 6 ocasiones esta película en los premios Oscar, incluyendo mejor película y mejor actor. (Como me gusta meter a los Oscar en todos los sitios). Me alegra que una película basada en hechos reales tenga tan buena aceptación, y me alegro sobre todo por Aron Ralston, el montañista que de verdad estuvo atrapado junto a esa roca, pienso que gracias a su historia sentirá que está ayudando a mucha gente en el mundo.
James Franco, acepta un papel serio en una película, último
aviso.
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