Demasiado sueño acumulado
Si quieres una película de esas que te empiezas a comer la
cabeza, El Maquinista es la que estabas buscando. Una película que te mantiene
atento y en tensión hasta el final. Un final que consigue que te explote la cabeza.
Además llegas a pensar, por un momento, que te podría pasar a ti una cosa como
la que le pasa a Trevor Reznik, el protagonista de esta historia. Llegas a
creer que cabe la posibilidad de que algún día te sea imposible conciliar el
sueño durante casi un año. Y que llegues a estar tan delgado que de un momento
a otro puedas caer desplomado al suelo porque no tienes fuerzas ni para
sostenerte en pie. Acabas sugestionándote tanto que te asustas y rezas para no tener
que pasar nunca por ese infierno. Pero una cosa tengo que decir, y es que esta
es una película que merece mucho la pena. Es una historia diferente, que te
atrapa y te engancha. Una película para ver con tranquilidad y ya de paso
reflexionar acerca de lo que acabas de ver.
La vida de Trevor Reznik es algo extraña. Desde hace un año
padece insomnio, una extrema delgadez envuelve su cuerpo y una pregunta empieza
a perseguirle “¿Quién eres?”. Empieza a volverse loco. Su mente crea una
personalidad que empieza a acosarle, recibe el nombre de Iván. Por su culpa ve
cosas que no son y las tragedias empiezan a sucederse. Es un acoso constante,
sin embargo, está todo dentro de su cabeza, aunque Trevor todavía no lo sabe.
Su locura arrastra aparentemente a ciertas personas, pero lo que Trevor no sabe
es que está siguiendo las pistas de algo terrible que ocurrió hace mucho
tiempo. El tormento que vive Reznik parece acabar cuando mata a Iván, pero la
pregunta “¿Quién eres?” sigue persiguiendo a Trevor. Es en ese momento cuando
la locura en la que se ve envuelto parece acabar. Empieza a recordar lo que pasó
hace un año y lo que realmente ha vivido en todo este tiempo. Consigue conectar
todas las piezas del rompecabezas y Reznik descubre el terrible hecho que vivió
hace un año. De alguna manera consigue aliviar su conciencia y por fin conciliar
el sueño por primera vez en un año.
El papel de Christian Bale en esta película, sinceramente,
es brutal. La preparación que tuvo que pasar para este papel fue terrible.
Según informaciones que circulan por internet tuvo que perder la friolera de 29
kilos. Su dieta consistía en una taza de café y una manzana o una lata de atún
al día. Me acaba de entrar hambre, solo digo eso. Normal que con esa dieta no pudiera
casi ni dar una carrera. Si vamos al tema interpretativo pues también realiza
un trabajo impresionante, seamos sinceros. Interpretar a un tío que padece
insomnio no tiene que ser nada fácil y Bale lo hace a la perfección. Sus
reacciones, sus expresiones, sus movimientos, sus palabras e incluso sus
pensamientos son dignos de admirar. El verdadero motivo que hace que esta
película sea tan envolvente es la interpretación del señor Christian Bale. Él
es el que hace que no apartes la mirada de la pantalla.
Como decía al principio, empiezas a comerte la cabeza
pensando en que lo que le pasa a Trevor Reznik algún día pueda pasarte a ti. No
me hago a la idea de que alguien pueda pasar por un insomnio de un año tras
haber pasado por un fuerte trauma. Que tu mente sea capaz de transformar la
realidad como lo hace el cerebro de Reznik es algo que te pone los pelos de
punta. Ser capaz de olvidar algo tan traumático y que tu mente pueda ir
recreando tu pasado imaginando personas, situaciones, conversaciones y extraños
sucesos es algo difícil de imaginar. Por eso yo me asusto al pensar que puedan
ocurrir cosas así.
Una película que hace que no apartes la mirada de la
pantalla, que te cueste parpadear porque vayas a perderte algo, que te
emociona, que te corta la respiración, te sorprende y por momentos te deja en
shok. Una película que no puedes dejar de ver, porque de verdad es un tipo de
película de las que escasean. Una película que te envuelve y que el final te
hace pensar seriamente en que si todo lo que has vivido es real o te lo estás
imaginando.
Cada vez que veo esta película me entra hambre y sueño, solo
digo eso...
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