¿Por qué cucharas?
La entrada de hoy va a ser un pelín complicada, ya que
hablaremos de “The Room”, una película apodada “la mejor peor película de la
historia”. Para muchos es la peor película de toda la historia, englobando
actuaciones, guion, postproducción, atrezo y muchas otras cuestiones que no son
precisamente grandes aciertos de este filme. Para ubicarnos un poco mejor, esta
película es de Tommy Wiseau. Suyo es el guion, la dirección, la producción y el
papel principal. Un hombre al que se le antojó realizar su propia película, que
en un primer momento el batacazo tanto en la crítica, la recaudación, y el
estreno fue bestial. Sin embargo, por culpa del destino su película se
convirtió en una joya de culto al cine, que cuenta con millones de seguidores
que supieron ver en la peor película de la historia una pizca de ilusión y
acierto, porque toda película tiene algo bueno que tenemos que descubrir.
Como ya he mencionado antes la película “The Room” se ha
convertido en todo un fenómeno que tiene seguidores por todo el mundo. Wiseau
tiene muy controlado el visionado de su cinta, pero se organizan
multitudinarias quedadas, lideradas por Wiseau, para revivir la película. Como
si de un dios se tratara transmitiendo su palabra, Wiseau decide donde y cuando
ver su obra. La gente le apoya, con aplausos, disfraces de su caricaturesca
personalidad y repitiendo los diálogos de forma idéntica. Sin embargo, durante
el visionado de las películas, dos hechos son los más extraños y surrealistas.
Uno es que cuando aparece una de las múltiples escenas en las que hay un balón
de futbol americano de por medio la gente saca su propio balón y juegan en
medio de la sala. Pero la que me dejó perplejo es que la gente tira cucharas de
plástico a la pantalla… ¿Por qué? Tras investigar supe que la decoración de la
casa de nuestro protagonista cuenta con marcos de fotos que ni se molestaron en
cambiar la foto, dejando la que venía con el marco. En las fotos del marco lo
que aparecen son cucharas, de ahí que se lancen cucharas en determinados
momentos de la película. Algo totalmente surrealista.
La trama de esta película es muy sencilla, un triángulo
amoroso de toda la vida. Johnny, nuestro principal protagonista, aparentemente
lo tiene todo en su vida, un buen trabajo, amigos, felicidad y una casa en la
que vive con Lisa, su futura esposa. Sin embargo, su apasionada prometida les
confiesa a su madre y a su amiga que ya no está enamorada de Johnny y que hay
otro hombre. Ese hombre es Mark y es el mejor amigo de Johnny. Lisa y Mark
viven su tórrido romance en secreto, pero sabiendo que tarde o temprano tendrán
que confesar. La historia culmina cuando Johnny descubre la infidelidad de Lisa
con su mejor amigo y acaba quitándose la vida, provocando ahora sí el
arrepentimiento de los que traicionaron a Johnny.
Leyendo este resumen sin haber visto la película suena hasta
interesante, aunque el tema sea un tópico de los más usados, el clásico
triángulo amoroso aderezado con drama y traición. Sin embargo, una vez que
empiezas a ver la película observas que algo falla y entiendes porque es una de
las películas más malas de la historia. Ves cosas que son bastante raras;
diálogos sin sentido, actuaciones muy malas, decorados que no se los cree
nadie, unos planos y unos encuadres ridículos y muchas otras cuestiones que
deberían haber revisado antes de montar la película. La peli se va haciendo
pesada y en ocasiones deseas dejar de verla. Pero con todo y eso hay un momento
que dices “¿Cómo acabará esto?” Y sorprendentemente te entra la curiosidad
tanto por el final de la historia como por los demás fallos que puedas
encontrar a la película.
Pero, ¿quién es el responsable de esto? La respuesta es
Tommy Wiseau, un hombre raro y misterioso. Un hombre, más o menos rico, que
quiso contribuir con el mundo del cine creando su propia película. Como hemos
dicho antes fue el director, productor, guionista y actor principal de su
propia película. Se gastó más de seis millones de dólares para producirla, algo
que no cuadra muy bien con el resultado final. Ese despilfarro se debió en gran
parte a las malas decisiones de Wiseau, despidiendo varias veces al equipo
técnico, creando decorados innecesarios o repitiendo y repitiendo las mismas
escenas porque se le olvidaban las frases. Un verdadero desastre que consiguió
el propósito de crear una pieza fílmica propia y muy personal. Tommy Wiseau es
un cineasta diferente, una persona que con toda su mejor intención nos quiso
regalar algo de arte, aunque el resultado no fue el esperado, consiguió su propósito.
Hemos hablado de las terribles decisiones que Tommy Wiseau
tomó en su momento y que posiblemente hicieron fracasar su película. Ejemplo de
ello son el despido de su equipo técnico en varias ocasiones o el cambio de
personajes a mitad de película. Por todas estas desastrosas decisiones, años
más tarde Greg Sestero, actor del elenco principal de “The Room”, decidió
publicar un libro titulado “The Disaster Artist”, contando el suplicio que
supuso rodar con Wiseau. Y precisamente en el pasado 2017 se ha estrenado la
película “The Disaster Artist”, basada en el libro anteriormente citado. La
película se encarga de dar a conocer al mundo cómo fue el rodaje de “la mejor
peor película de la historia”. Alabada por la crítica y teniendo a James Franco
encarnando al mismísimo Tommy Wiseau, el éxito está asegurado.
Esta película se lleva mis respetos, porque es algo tan malo
y extraño que tiene su gustillo. A priori es una película infumable pero acabas
pillándole el truco y descubres la verdadera razón de su triunfo. Mi
recomendación es que ver “The Room” es casi obligatorio porque de todo hay que
aprender y además sirve de entrante para ver su “making-of”, “The Disaster
Artist”.
Sinceramente me alegro de haber descubierto esta extraña
joya...
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